Relato de parto. Anette

Experiencia de Annette y Marcos. Nacimiento de Diana, el 10-01-2025.

Se tiende a idealizar los momentos clave de la vida: un compromiso, una boda, un viaje… un parto. Se planifica en función de aquello que se desea vivir, creyendo que con ello tenemos todo bien atado y cerrado, como si fuera una lista de cosas pendientes que luego ir tachando conforme se llevan a cabo. Pero es que se nos olvida que hay situaciones para las que, aunque queramos, no estamos preparados, que escapan de nuestro control y te recuerdan que la vida está llena de incertidumbre.

Jamás creí que el momento del nacimiento de mi pequeña Diana, mi chicharrita, fuera así. Valoré mis opciones con antelación, me dejé orientar por el maravilloso equipo de EnTuParto y NaturaMaterna e hice mis deberes a conciencia, intentando mentalizarme para el momento en que, por fin, vería el rostro de ese pequeño lucerito mío. Sin embargo, la vida se empeñó en bajarme a tierra y explicarme que las cosas, en ocasiones, no se dan como uno cree y que lo importante es tener el apoyo a tu alrededor que te ayude a sobrellevarlo con confianza y calma.

Diana nació un diez de enero de improviso. Llegó a mi vida a destiempo, pequeñita y con un collar de cuatro vueltas que no la dejaba moverse en ese espacio húmedo y calentito que hasta entonces había sido su madre. Tuve mucho miedo, ¿Cómo no tenerlo siendo primeriza y habiendo ya pasado los cuarenta? Quise llorar entonces, y lloré, temblé como jamás había temblado, con el temor de la pérdida planeando sobre mí, creyendo que la vida me demostraría de nuevo cuán complicada sería, pero entonces sentí una caricia y miles más, una mano amiga, sonrisas tranquilizadoras, y una voz serena y paciente, como las demás que me rodeaban, que me explicó que no estaba sola, que allí varias almas revoloteaban por urgencias, preparando todo para mi cesárea de emergencia. Todo pasó demasiado rápido y demasiado lento al mismo tiempo, porque de repente me encontré siendo madre, viendo a mi pequeña salir de mí de la mano de los doctores y matrona que con tanto cuidado y dedicación me habían explicado la situación y habían seguido mi embarazo hasta el último momento. Mientras temblaba sobre la mesa del quirófano, sentía la mano de mi marido acariciándome la cabeza, mientras otra, también cálida y amable, me sujetaba la mía y calmaba mis miedos con su voz y sus palabras.

Comprendí entonces la suerte que tuve al encontrarme con todos ellos, que como una procesión de ángeles guardianes, acudieron a mí para guiarme, cuidarme y proteger lo más preciado de mi vida, mi pequeña.

Para la incertidumbre ya está la vida, que nos enseña que hay cosas que no podemos controlar por mucho que queramos, pero cuando se quiere encontrar certeza en las cosas, las decisiones que se toman son vitales. La decisión de dejarnos asesorar y cuidar por el equipo de EnTuParto y NaturaMaterna fue una de las mejores decisiones de nuestra vida, y sin duda volveríamos a contar con ellos en caso de contar con la bendición de un nuevo retoño.

En nombre de esta pequeña familia, os damos las gracias de corazón a todos los que hicísteis posible que pudiéramos conocer al gran amor de nuestras vidas.

Un agradecimiento especial a Natalia y Daniel, los ginecólogos que con su impecable profesionalidad y calidad humana me cuidaron durante toda la operación y postoperatorio, y a Elena, la matrona, quien me acompañó en todo momento, sosegando mis miedos y cuidando de que mi pequeña estuviera perfectamente cuidada y atendida. Ha sido un honor poder vivir junto -y gracias- a vosotros este momento vital de nuestras vidas.

Un afectuoso abrazo a todos.

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