Después de 3 meses ahora puedo verdaderamente recordar mi parto y darme el mérito que merezco como mujer.
Gracias a todo el equipo de gines y matronas de entuparto, he tenido el parto que quería y para el que me estuve preparando durante todo el embarazo, un parto respetado y acompañado de la mejor forma que podría haber imaginado, junto a mi pareja que me estuvo sosteniendo con toda su fuerza y amor durante las 8 horas que estuve para ver a mi bebé, su mirada y sus brazos hicieron que en todo momento estuviera en un lugar seguro y ahora tengo que nombrar a mi primer ángel caído del cielo, Elena nuestra matrona, ella confió en mi en todo momento, a veces me hablaba y guiaba mis movimientos, otras veces solo callaba y dejaba que siguiera con mi baile para calmar el dolor, siempre contagiándome su paz, algo me llevaba a no pedir la epidural y continuar acompañando de la forma mas consciente posible a mi bebé.
Al final apareció mi segundo ángel, mi gine Dani y la pediatra que como una orquesta perfectamente sincronizada me ayudaron a vivir la experiencia mas maravillosa de mi vida, conocer a mi bebé. Sin las indicaciones de mi matrona en cada pujo esto no habría sido posible, su apoyo hizo que no me rindiera, aunque al final hubo alguna complicación siempre me hicieron sentir tranquila y que todo iba a salir bien y así fue, eternamente agradecida a todos por su amor y su respeto en todo momento.