Durante el postparto hay una caída de los picos hormonales: menos estrógenos y progesterona. Las mujeres entramos en un “estado hormonal” parecido a la menopausia en la que puede haber una bajado de la líbido. Cuando acabamos de parir es normal tener nuestro interés y energía en cuidar y amamantar al bebé. Es natural, es una cuestión de subsistencia de la especie: tener otra cría no es una prioridad en este momento.
Si añadimos circunstancias físicas como un posible desgarro o herida producida por una episiotomía, el sangrado, alguna grieta en los pezones sin resolver el desinterés porque nos toquen aumenta.
Los tiempos para reanudar las relaciones sexuales con penetración son diferentes en unas parejas y en otras y es imprescindible respetarlos. No hay un momento pronto ni tarde: días, semanas o meses. Todo depende de cómo lo viva cada una.
Sin embargo, es crucial entender la sexualidad en sentido amplio. Tener relaciones sexuales coitales con penetración puede que no sea una buena idea después de un parto, pero hay muchas otras expresiones sexuales de pareja que pueden resultar apetecibles para ambos. La comunicación, la confianza y la intimidad sexual bien entendida son muy importantes para transitar por esta etapa. Podemos convertir un período aparentemente difícil en un momento de crecimiento y de aprendizaje mutuo. Quizá un buen masaje en la espalda o en los pies, nos pueden saber a gloria. Hay muchas formas más delicadas con el periné de alcanzar un orgasmo que la penetración. Ser generosos y creativos es una gran baza.
